Para ello, la cátedra de Microbiología Agrícola, lleva a cabo una prueba piloto de compostaje, junto con el acompañamiento y asesoría del Instituto Agrotécnico “Pedro M. Fuentes Godo”, ambos de la Facultad de Ciencias Agrarias.
La producción y el uso de compost presenta diversos efectos benéficos relacionados con el medio ambiente y la producción agrícola. Por un lado, se remueven y reutilizan desechos orgánicos, por otro lado, el compost tiene valor agronómico ya que aumenta el contenido de materia orgánica en los suelos y, en consecuencia, mejora sus propiedades físicas, aumenta el tamaño y la actividad de las poblaciones microbianas, reduce los requerimientos de fertilización (ya que el compost aporta nutrientes); controla algunos microorganismos patógenos para vegetales y contribuye a la remediación biológica de suelos contaminados.
El compostaje es un proceso de transformación de residuos orgánicos en un producto parecido al humus, apto para distintos usos agronómicos. Es un proceso realizado por microorganismos, que los transforman de manera óptima cuando se asegura una buena mezcla de estos residuos, con humedad y buena aireación. En general, los residuos orgánicos se mezclan dentro de grandes recipientes o armando pilas de buen volumen, por lo menos con 1 metro cúbico, lo que permite que pueda lograrse una etapa de altas temperaturas, que disminuye o elimina semillas de malezas y microorganismos patógenos que puedan venir con los residuos.
Para llevar adelante el proceso de compostaje, estas instituciones trabajan en composteras armadas con pallets, donde se disponen los residuos orgánicos en mezclas adecuadas, con humedad óptima y buen volumen. Se controla periódicamente la temperatura del material en las composteras y se realizan volteos que permiten mantener la mezcla aireada.
Cuando el proceso se cumple de manera efectiva, se considera al producto final (compost) suficientemente estable para almacenarlo o aplicarlo al suelo, sin efectos adversos para la agricultura o el medio ambiente.
Al ser una prueba piloto, se compostan los residuos orgánicos generados por el comedor universitario solo en 1 día de la semana, por lo tanto, aún se hace a pequeña escala, pero se obtiene un buen compost.
A este compost obtenido se le determinan parámetros de estabilidad y madurez. Es decir, con extractos del mismo se hacen pruebas de germinación y actividad biológica global. También, en determinadas ocasiones, se les hace análisis de nutrientes.
Si se comprueba que el compost está estable y maduro, se tamiza y embolsa para su uso y/o venta.

FUENTE Y FOTOS: IAGRO.FCA.UNNE.