Miércoles, 03 Marzo 2021 14:42

CAMAS BIOLÓGICAS, UNA SOLUCIÓN SUSTENTABLE A LOS DERRAMES ACCIDENTALES DE FITOSANITARIOS

En la agricultura actual es necesario implementar diversos métodos de manejo contra las adversidades que se presentan en los cultivos, integrar estos métodos de control es de suma importancia, y una de las herramientas disponibles es el uso de productos fitoterapicos o fitosanitarios, al momento de realizar la carga de estos al tanque de la pulverizadora (maquinas autopropulsadas, de arrastre o mochilas), se pueden producir derrames accidentales en el suelo, algo similar ocurriría al momento del lavado de las maquinas posterior a su uso.

 Una alternativa sencilla para evitar que los fitosanitarios lleguen al suelo, es un método de biopurificación llamadas camas biológicas o biobeds, esta consiste en una biomezcla contenida en una excavación de 60 centímetros de profundidad, que se ubica por debajo de la zona de carga de la pulverizadora, filtrando, reteniendo y degradando biológicamente cualquier tipo de producto agroquímico que pudiera derramarse. Esta excavación deberá hacerse en una zona elevada, no inundable o donde se verifique afloramiento de nivel freático recurrente, la superficie total que abarcara la excavación será igual al largo por el ancho de la pulverizadora, sumándole a este un metro más en todas sus secciones como medida de precaución, asegurándonos de esta manera que no se produzcan derrames por fuera de la cama biológica. La biomezcla que ocupara el espacio de la excavación está compuesta por las siguientes proporciones, un 50% deberá ser residuo de material vegetal con alto contenido de lignina (aserrín, viruta, paja de maíz, trigo, etc), un 25% materia orgánica estabilizada que permita buena aireación y retención de humedad (turba o compost) y el 25% restante estará integrado por suelo de un lote agrícola de los primeros 10 centímetros del perfil, esto permitirá extraer una muestra con alto contenido microbiano, posteriormente se mezclan estos componentes de manera homogénea. Estos favorecen el crecimiento de microrganismos como ser hongos y bacterias, que rompen biológicamente la estructura molecular de los fitosanitarios de modo tal que el remanente tenga bajo o nulo impacto ambiental.

Las camas biológicas o biobeds pueden ser abiertas o cerradas, en ambos casos el fondo debe ser impermeabilizado con piso de cemento o plástico de 200 micrones, forma parte también una estructura que permita soportar el peso de la maquinaria. La deferencia de la cama biológica abierta es que tiene un sistema de colección y recirculación de los líquidos desde tuberías a una bomba que vuelve a asperjar sobre la cama biológica, en cambio las cerradas no permiten la salida de los líquidos, salvo por evaporación y evapotranspiración generada por una cobertura vegetal destinada a este fin de intercambio de humedad.

Este sistema se puede adaptar también para las mochilas pulverizadoras, en este caso se rellena con la biomezcla un barril de 200 litros, esta es una versión llamada mesa biológica y sirve para adaptarlo a diferentes escalas productivas, constituyendo esta metodología una parte fundamental de las BPA.

 

Foto: CASAFE

Autor: Ing. Agr. Sebastián Blanco. IAGRO-FCA-UNNE.